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Así empezó todo

Una familia de tradición artesana

Desde el bisabuelo Chillón

Tradición quesera desde 1890

Quesos Chillón es la historia de una familia a lo largo de más de un siglo. Concretamente desde 1890 cuando el bisabuelo Manuel Chillón comenzó su negocio de producción y venta de quesos.

A finales del s. XIX, el bisabuelo Manuel tuvo la genial idea de emprender, como arriero, el camino hasta Galicia, en concreto, hasta O Barco de Valdeorras. El camino norte de Astorga fue constituyendo la personalidad de este genial empresario que contagió a sus hijos el espíritu emprendedor de lo que pronto sería Quesos Chillón. Con fecha 13 de agosto de 1904, recibe una hijuela de su madre en la que se dona la casa familiar sede de la actual fábrica artesanal.

Si fue el bisabuelo Manuel quien arrancó el negocio, fue la segunda generación, la del abuelo Valentín Chillón, con quien conoció el esplendor y crecimiento de la fábrica de quesos, que comenzó a abrir mercados fundamentalmente en Madrid, Barcelona y Granada. Este crecimiento sirvió para modernizar progresivamente el negocio pero siempre atado a la artesanía y saber hacer que los antepasados nos dejaron.

La tercera generación, a partir de los años 80, consolidó esa misma línea de negocio, modernizar procesos sujetos a la elaboración y modos tradicionales de la familia. Ese trabajo hizo salir a los quesos Chillón más allá de nuestras fronteras, dotándolos de prestigio, no solo nacional, sino internacional.

Hoy día, la cuarta generación, con el traslado de sus instalaciones en 1999 a Toro, con la patente de tres de sus distintos tipos de queso y con la modernización e innovación en calidad e higiene, mantiene vivo aquel legado desde 1890 como ha quedado reflejado en la apertura del primer MUSEO del QUESO de capital privado de España.

Tradición familiarCuatro generaciones ligadas al queso
desde 1890Toro (Zamora)

Así fabricamos nuestros quesos

El saber acumulado de cuatro generaciones

A las 9 de la mañana de cada día, todo está dispuesto para comenzar el trasiego de la leche que previamente se ha recogido en Toro y pueblos de la zona. Pero no cualquier leche, sino leche de oveja de la comarca, la leche que ofrece a nuestros quesos el sabor intenso y característico de los quesos Chillón. Leche que tratamos con todo el mimo para que no pierda nada de lo bueno que tiene en todo el proceso. La filtramos, analizamos y cuidamos hasta que se convierta en queso.

Poco se puede decir de cómo elaboramos el queso, la verdad, salvo que es de forma natural y artesana, siguiendo la tradición heredada de nuestros antepasados. Una vez higienizada la leche, una cuba la calienta a unos 34ºC,  momento adecuado para añadirle el cuajo animal y de esta forma, a los 25 minutos, la leche ha pasado del estado líquido a solidificarse en forma de cuajada. Rápidamente hemos de llenar los moldes con la pasta y a estos quesos recién fabricados les espera el proceso de prensado en el que permanecerán 8 horas para ser conducidos posteriormente a la sala de salado. Como veis la tradición manda en todo el proceso, eso sí, sujeta a los controles más estrictos de limpieza e higiene en todas las salas.

Salar el queso no es un proceso fácil, aunque lo parezca. Es el resultado de muchos años de experiencia conseguida a lo largo de las generaciones y que cada día se ha ido perfeccionando con mayor rigor y exactitud, hasta llegar al equilibrio total en gramos de sal por cada kilo de queso perfectos, al menos para nosotros. 24 horas sumergidos en esa mezcla de salmuera. Así, el Queso Chillón, te dará su sabor original, exquisito y único, sin estar a expensas de que la sal entorpezca ninguna de las propiedades que Chillón ha ido consiguiendo con todo su esfuerzo.

Frías bodegas y cámaras, aireadas y refrigeradas, son testigos de la maduración de nuestros quesos. De nuevo la experiencia y sabidurías acumuladas son claves en este proceso para dar a cada queso su punto justo y toque personal. Como el queso sin corteza, uno de los logros más importantes que Chillón ha puesto en el mercado y del cual es pionero. En todo este tiempo de maduración y conservación, los maestros Chillón cuidan su producto impregnando con varias manos de aceite de oliva, lo que además de garantizar una correcta curación, manifiesta una presentación tradicional y vistosa.

Si quieres saber y ver más, visita el Museo del Queso Chillón

Reserva aquí tu visita. Reserva también por teléfono o email: info@quesoschillon.com / Tlf: +34 980 690 950

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